Según la Unesco, cada dos semanas desaparece un idioma, lo que implica que el mundo pierde unas 26 lenguas al año. Este fenómeno afecta especialmente a las comunidades indígenas, que se ven sometidas a presiones sociales, políticas y económicas para abandonar sus lenguas en favor de las mayoritarias. Ejemplos de ello son el ainu (Japón), con apenas unos cientos de hablantes, o el kawésqar (Chile), hablado por menos de diez personas. Sin embargo, casos como el del manx (Isla de Man), que resurgió tras ser considerado extinto en el siglo XX, demuestran que, con compromiso y acción comunitaria, es posible revivir un idioma.
Por qué es importante preservar los idiomas en peligro de extinción
Cuando un idioma desaparece, no solo se pierde una herramienta de comunicación, sino también un valioso conjunto de historias, tradiciones y conocimientos. Las lenguas contienen información única sobre los orígenes de las comunidades que las hablan. Por ello, su desaparición afecta tanto a sus hablantes como al patrimonio cultural mundial.
Frente a esta problemática, existen determinadas estrategias que pueden ayudar a preservar los idiomas que corren el riesgo de desaparecer. Una de ellas es la educación bilingüe. Crear programas escolares que integren las lenguas minoritarias con los idiomas mayoritarios es una forma de mantener viva la herencia lingüística entre las nuevas generaciones. En Nueva Zelanda, por ejemplo, la enseñanza del maorí ha logrado revitalizar esta lengua. La tecnología también es una herramienta clave, ya que permite documentar y enseñar idiomas en peligro de extinción mediante aplicaciones o diccionarios en línea. Plataformas como Duolingo ya ofrecen lenguas como el hawaiano o el gaélico escocés.
La celebración de eventos culturales y festivales que promuevan el uso de estos idiomas y den visibilidad a las tradiciones asociadas a ellos es otra manera de fomentar el orgullo y la identidad cultural de las comunidades. Otro pilar fundamental es el apoyo institucional. Los gobiernos y las organizaciones internacionales deben reconocer las lenguas minoritarias como parte del patrimonio nacional e implementar políticas públicas para protegerlas. Sin este respaldo, será difícil construir un futuro respetuoso con nuestras raíces culturales.
El papel individual de cada uno de nosotros
Preservar un idioma puede parecer una tarea titánica, pero todos podemos dar pequeños pasos para contribuir a esta causa. Aprender sobre lenguas minoritarias e investigar y conocer los idiomas en peligro, tanto en nuestra región como en el resto del mundo, es un buen punto de partida. También es fundamental apoyar proyectos de preservación mediante contribuciones o colaborando con organizaciones que velan por estas lenguas. Fomentar la transmisión generacional es igualmente importante. Si formas parte de una comunidad cuya lengua está en peligro, la mejor forma de mantenerla viva es hablarla con tus hijos o nietos. En Pafelingua, como especialistas en traducción e interpretación de lenguas minoritarias, nos sentimos orgullosos de contribuir a preservar la diversidad lingüística a través de nuestro trabajo.
Cada idioma es una ventana única al alma de una cultura. Por eso, te invitamos a unirte a un propósito colectivo: apoyar la diversidad lingüística y valorar el tesoro que representa cada lengua. Desde aprender una palabra nueva hasta participar en iniciativas más amplias que impulsen su continuidad, cada acción cuenta para mantener viva la riqueza de nuestro patrimonio lingüístico.