El papel de los intérpretes que operan en zonas bélicas es vital, ya que constituyen el puente entre dos mundos completamente diferentes. Son ellos quienes trabajan codo con codo con las distintas facciones y comparten riesgos para cumplir sus objetivos y su misión, que no es otra que facilitar el entendimiento entre las partes mediante el diálogo y ayudar a resolver el conflicto en el proceso de conciliación nacional. Sin embargo, algunos de estos intérpretes son señalados como traidores en sus propios países por el mero hecho de desempeñar su labor profesional.
Se olvida que los intérpretes no pertenecen a ningún bando.
Afganistán, Irak, Sudáfrica o los Balcanes son solo algunos de puntos en los que el trabajo de los intérpretes ha sido fundamental, puesto que la única forma de mantener conversaciones ha sido a través de ellos. Por este motivo, reivindican el mismo nivel de protección que otros agentes de las organizaciones para las que trabajan.
Estos días, basta con encender la televisión o leer el periódico para conocer el testimonio de algunos de los intérpretes que han tenido que escapar de sus provincias, dejando atrás a todos los miembros o parte de su familia, señalados y amenazados. Los intérpretes que han colaborado con fuerzas extranjeras en Afganistán piden a las autoridades de esos países que no les dejen atrás dado el grave peligro que corren tanto sus vidas como las de sus familias. Reclaman a los países para los que han prestado servicio que les proporcionen un entorno estable donde puedan estar protegidos.
Desde Pafelingua mostramos nuestro reconocimiento al trabajo de los intérpretes y deseamos que se resuelva pronto y favorablemente esta situación tan complicada.