En estas reuniones multilingües se practican, generalmente, dos tipos de interpretación: la interpretación consecutiva y la interpretación simultánea. Hoy, con motivo del Día del Intérprete de Conferencias, queremos dar visibilidad a esta profesión tan compleja como bella, y por eso vamos a contarte en qué consiste cada modalidad y qué aptitudes deben tener los intérpretes de conferencias, además de, por supuesto, un dominio completo de su lengua materna y una excelente comprensión de su/s lengua/s de trabajo.
La interpretación consecutiva es una modalidad pensada para espacios no demasiado grandes, en la cual el orador formula su discurso mientras el intérprete toma notas mediante símbolos y abreviaciones con el fin de, posteriormente, reproducir el mensaje a la audiencia. Aunque lo habitual es que cada intérprete desarrolle con el tiempo su propio sistema de toma de notas, todos cumplen unos principios básicos comunes y existen ciertos símbolos que suelen ser de uso recurrente.
Todo buen intérprete de consecutiva debe adquirir, por tanto, tres competencias fundamentales: comprensión, toma de notas y comunicación. Tiene que aprender a escuchar activamente para comprender y ser capaz de recordar el discurso del orador, al tiempo que analiza la información para anotar claramente lo que este ha dicho (lo cual requiere tener la capacidad de jerarquizar la información y diferenciar entre información primaria y secundaria) y finalmente reproducir el discurso. Esta última fase del proceso exige, además, la capacidad de acceder a la memoria a corto plazo y comunicar de manera atractiva. La gestión del estrés y el cuidado de la voz son otros dos aspectos importantes que todo intérprete de conferencias debe cuidar.
La interpretación simultánea, por su parte, es una modalidad en la que el orador pronuncia un discurso y el intérprete lo reformula en tiempo real. Los intérpretes de simultánea realizan la mayor parte del trabajo desde una cabina, aunque también existe una submodalidad que se denomina «interpretación susurrada» o «chuchotage» y consiste en interpretar sin equipo técnico, susurrando la traducción del discurso del orador. Este tipo de interpretación simultánea está pensada para reuniones muy reducidas, entre no más de dos personas.
Además de las habilidades ya mencionadas (escucha activa, memoria a corto plazo, comunicación efectiva…), un buen intérprete de simultánea debe tener la capacidad de anticipar lo que el orador puede decir, especialmente en los casos en los que el idioma del discurso tiene una estructura sintáctica muy diferente a la que se está interpretando. El intérprete tiene que ser capaz de alejarse de la sintaxis original, fragmentar las frases largas en otras más breves y evitar los famosos false friends. Todo ello al mismo tiempo que continúa escuchando y analizando el discurso del orador, por lo que la capacidad de mantener la calma bajo presión y soportar el estrés es aún más necesaria en interpretación simultánea.
Ser intérprete no consiste únicamente en hablar más de una lengua ni el trabajo del intérprete de conferencias se limita a acudir a un evento e interpretar. A cada servicio de interpretación le precede una exhaustiva labor de documentación encaminada a estudiar el programa del acto celebrado, conocer a fondo la terminología que se va a emplear en la ponencia, familiarizarse con los conceptos claves e incluso conocer la voz, la cadencia y los tics vocales del orador. ¡Valoremos esta profesión tan necesaria y que requiere de tanto trabajo, constancia, formación e inquietud por el aprendizaje!