Herramientas TAO
Las herramientas de traducción asistida por ordenador ofrecen al traductor profesional un entorno informático que favorece la productividad, puesto que permiten, entre otras muchas cosas, traducir por segmentos o frases, lo cual hace que el proceso sea más fácil, rápido y visual, y guardar las traducciones en memorias de traducción para, después, extraer sugerencias totales o parciales y reutilizarlas en otros encargos. De este modo, traducirás más rápido y garantizarás una coherencia terminológica y fraseológica. La decisión de qué software adquirir depende mucho del gusto de cada uno y de lo que demanden tus clientes habituales, pero te recomendamos echarle un vistazo a SDL Trados Studio, Déjà Vu y memoQ.
Convertidor de archivos PDF
Los traductores profesionales, en general, y los traductores jurados, en particular, solemos recibir los documentos de nuestros clientes en formato PDF, o incluso escaneados, y debemos entregarlos de la misma forma. En estos casos, aplicaciones como PDF Extra, Adobe Acrobat Reader o ABBY FineReader son muy útiles, dado que nos permiten convertir los archivos a un formato editable para contar el número de palabras o ahorrarnos la tediosa tarea de reproducir el formato, y también firmarlos digitalmente y protegerlos, lo cual es especialmente importante en el ámbito de la traducción jurada.
Programa de gestión de proyectos
Si trabajas principalmente con clientes directos y gestionas proyectos en varias combinaciones lingüísticas, te será de gran ayuda contar con un software de gestión como LSP.expert. Entre sus múltiples funciones se cuentan la de crear proyectos, elaborar presupuestos, asignar un proyecto a otro compañero, generar facturas, llevar un registro de clientes y proveedores, integrar los recuentos de las herramientas TAO, crear documentos y plantillas en varios idiomas, contabilizar el tiempo que le dedicas a un proyecto, enviar correos predefinidos e, incluso, analizar las pérdidas y ganancias de cada mes. ¡Un imprescindible para cualquier traductor profesional!
Diccionarios
Sin duda, el diccionario es una de las obras de consulta básicas para cualquier traductor profesional, pero, al contrario de lo que muchos traductores noveles creen, no basta con ayudarnos de un diccionario bilingüe como el que usábamos en el colegio. Conviene contar con, al menos, un buen diccionario monolingüe de ámbito general (tanto de nuestra lengua materna como de nuestro/s idioma/s de trabajo), un diccionario bilingüe o multilingüe de ámbito general y, por supuesto, un diccionario bilingüe de nuestro ámbito de especialidad. También son especialmente útiles otros recursos como la Fundéu, los diccionarios de uso del español, los diccionarios de abreviaturas, los diccionarios de neologismos o los metabuscadores de diccionarios.
Herramientas contextuales
Es muy típico escuchar a un traductor decir que «depende del contexto» cuando le preguntan por el significado de un término. Y es que, efectivamente, el contexto es clave a la hora de decantarnos por una traducción u otra. Por ello, es fundamental que nos apoyemos en diccionarios contextuales, como son Linguee o Reverso, corpus lingüísticos, que ofrecen ejemplos reales de uso de la lengua e información sobre el uso de determinadas expresiones, y textos paralelos, es decir, «textos de la cultura de llegada que son del mismo tipo que el documento original» (Mayoral Asensio, 1996:8).
Atlas, enciclopedias, gramáticas, libros de estilo, bases de datos terminológicas, glosarios especializados… Los recursos son tantos y tan variados que con el tiempo cada traductor va creando su propia «cartera». Eso sí, ¡no olvides comprobar su fiabilidad! Utiliza únicamente aquellos que provengan de organismos oficiales o empresas con buena reputación.